domingo, 13 de mayo de 2012

Un tono casi solemne y muy serio para cosas que son demasiado comunes

El 166 que me tomé en Vélez estaba semivacío así que me senté rápido, todavía con un pico de adrenalina feroz: mientras esperaba el colectivo en la primera parada del Metrobús, la gente se agolpaba en los alrededores de Vélez y se apuraba para entrar al club para salir después de cinco minutos en los micros que iban a La Boca. Estaban emocionados, borrachos y gritones. Excitados. Un poco me habían contagiado.

Me senté, decía, todavía con un poco de excitación. Agarré el libro que estoy leyendo y casi terminando: Diario de una princesa montonera. Ya me había pasado a la ida: me conmueve profundamente, un poco me duele, otro poco me da miedo, lo disfruto muchísimo. No quiero que termine y al mismo tiempo no puedo parar de leerlo y sé que pronto (hoy, en realidad) se va a terminar. Eso, un detalle.

Me daba el solcito en la cara y me calentaba y me apoyé todo lo que pude en la ventanilla. Había olor a vómito pero al ratito ya no había más y me despreocupé. Seguí leyendo y miré el vidrio en una pausa entre un título y otro o entre un párrafo y otro y vi que la ventanilla estaba vomitada. Y vi que mi campera tenía vómito ajeno. Y sin escandalizarme mucho me levanté y me cambié de lugar.

Me acordé de la vez que en el Parque de la Costa (o en otro parque), en ese juego que es como un trompo humano (base circular y humanos alrededor, parados, con unos cinturones, no sé si se entiende. En este punto me pareció apropiado googlear Rotor porque no sé de dónde saqué que se llamaba así y bueno, tenía razón) un chico que estaba dos o tres espacios después que yo, vomitó en el juego y el vómito hizo un movimiento singular y terminó sobre una zapatilla mia celeste hermosa que después apestó toda la tarde: lo mismo o algo parecido pasaba en los Simpsons pero creo que ahí eran Lisa y Bart que se escupían y por los movimientos rápidos del Rotor las escupidas terminaban todas sobre Milhouse.

2 comentarios:

Miss Bgui dijo...

Rotor! me subí pero por suerte no vomité.
Me hiciste acordar a una escena de "Adorable criatura" en la que, la criatura, aumenta la velocidad de un juego bastante violento en cuanto a sacudidas y terminan todos vomitándose unos a otros.

Un asco.
Tranquilidad envidiable en tu reacción.

perez dijo...

¡Ey, gracias! No había leído este post y te hice una escena de celos por el mail a Jose, ay, pero qué vergüenza. ¿Lo terminaste?